El primer paso para Hablar con Confianza: Aceptar tu responsabilidad

El primer paso para Hablar con Confianza - Aceptar tu responsabilidad - Guillermo Morante T1 E1 Crackens, bienvenidas, bienvenidos. Sin más dilación he de deciros que este videopodcast va a intentar resumir una de las preguntas más trascendentales, más importantes que todo ser humano tiene que plantearse en la vida. Y no me voy a quedar corto. Voy a demostrarlo con hechos y voy a demostrarlo con una disertación que espero que sea beneficiosa y sobre todo que te inspire, que te inspire a reflexionar, que te inspire a pensar en qué momento de tu vida estás, en qué momento de tu vida te encuentras para tomar esas riendas tan importantes a la hora de cumplir proyectos o estancarse, porque en el fondo la vida consiste precisamente en eso, en saber cuándo uno tiene que tomar las riendas o deja que el caballo vaya solo y desbocado, que es lo más peligroso. Quiero empezar además lanzándote una simple pero profunda, muy profunda pregunta. ¿Qué tan responsable, cuánta responsabilidad crees que tienes en tu vida y las decisiones sobre las decisiones que tomas en el día a día? ¿Cuán responsable te sientes en las decisiones que tomas en el día a día? Reflexiona sobre ello, no importan las pausas, tenemos todo el tiempo del mundo. ¿Qué tan responsable te sientes sobre las decisiones que tomas día a día en tu vida? Háblate con franqueza, de hecho incluso te recomiendo que cuando tengas tiempo y después de escuchar este podcast, este vídeo podcast, cojas un lápiz en papel y de forma manuscrita apuntes cuál es tu grado de responsabilidad a la hora de tomar decisiones que afectan a tu día a día, porque como verás después no se trata solo de asumir las consecuencias de nuestras acciones, que también, porque nuestras acciones, nuestras decisiones y la forma en que actuamos tiene unas consecuencias que después nosotros tenemos que asumir, parece de perro grullo pero no todo el mundo lo cumple en la vida. No se trata solamente de asumir las consecuencias y de entenderlas, sino también de entender cuán a menudo, consciente o inconscientemente, es decir, a veces somos conscientes de ello o no, delegamos esa responsabilidad a otros. Como ves, no me quedo quieto, no voy despacio por un interés espurio, sino porque necesito que tú comprendas el valor de estas preguntas, porque muchas veces de forma consciente o inconsciente delegamos en los demás la responsabilidad de asumir nuestras decisiones y eso tienes que tenerlo claro. Por eso hoy en este vídeo podcast quería hablar de ese aspecto fundamental para el éxito personal o el éxito profesional, que es la responsabilidad personal y la necesidad, necesidad imperiosa de no culpar a otros por lo que nos ocurre. No puedes culpar a otros de lo que te ocurre. Es un concepto muy muy sencillo de entender, pero te aseguro que es muy desafiante, challenging, que dicen en inglés, muy desafiante de aplicar, y sin embargo, créeme, quienes lo integran en su vida, experimentan una transformación tan poderosa que es cuando entienden que deberían haberlo hecho antes. Por eso yo quiero que no tomes, que no postergues, que no hagas esperar más para tomar esa decisión. ¿Qué es exactamente la responsabilidad personal? Te preguntarás. Bueno, Guillermo, la responsabilidad personal es un concepto que tengo muy claro, ¿seguro? Porque la responsabilidad personal es la capacidad que tienes de asumir el control sobre tu vida. Esa capacidad de asumir tus decisiones y de asumir nuestras reacciones. Date cuenta de que todo es acción-reacción, causa y efecto. No se trata solo de ser responsables en el sentido de cumplir con tus obligaciones, sino de aceptar que, independientemente de las circunstancias externas, independientemente del entorno, de lo externo, nosotros tenemos el poder de decidir cómo actuamos, cómo pensamos y cómo nos sentimos. Posiblemente a la hora de ver este vídeo, si es un podcast y lo estás escuchando, ahora te voy a decir qué es lo que hubieras visto. Es una vela que tengo aquí detrás de mí, una vela encendida. ¿Por qué tengo esa bendita y maravillosa manía, en algunas ocasiones, de encender una vela siempre que grabo un podcast o un vídeo? Porque de alguna forma me hace sentir bien. Y ya que somos energía, si yo me siento bien, traslado a mi audiencia esa energía tan positiva, esa inspiración, esas ganas de cambiar, esas ganas de que la persona reflexione conmigo. Es de lo que se trata. Imagínate por un momento que enfrentas un obstáculo, digamos, en el trabajo, en tu familia también, pero bueno, en el trabajo si quieres. Un cliente difícil, ¿no? Ese cliente que se te resiste, que no hace más que darte, según tú, la brasa, la vara. En un proyecto, además, que está fracasando, que además supone una oportunidad que se esfuma. Pasa también en las relaciones personales, cuando te das cuenta de que esa persona que te gusta, con la que te sientes a gusto, se esfuma. Es una oportunidad que pierdes y te duele. Es fácil caer en el juego de buscar culpables. Bueno, esa pareja o ese cliente me da igual. Quiero que veas el paralelismo entre los proyectos, ¿no? Me da igual profesionales o personales. Esa persona era muy difícil. Esa persona era prácticamente imposible. El cliente era rematadamente desastroso. Mi jefa, mi jefe no me apoyó. Mi familia no me ha apoyado. No es el momento. La economía no está a mi favor ahora. Están las cosas muy complicadas. Y claro, la gente se pierde mucho. No está para las relaciones. Pero cuando haces eso, atención todos, cuando haces eso, ¿qué es lo que estás logrando realmente? Piénsalo. Si existe la opción, pónmelo en el chat, en los comentarios. ¿Qué estás logrando cuando haces eso? Exactamente. Estás renunciando de forma consciente y personal a tu poder. Es increíble, es suicida, ¿no es cierto? Cuando tú estás achacando la responsabilidad o estás trasladando la responsabilidad a otra persona, a esa personalidad externa, lo que estás haciendo es trasladar el problema. Y estás renunciando, consciente o inconsciente, conscientemente, lo cual es más grave, a tu poder. Estás diciendo, esto está fuera de mi control y, por tanto, no puedo hacer nada al respecto. Pero aceptar la responsabilidad personal significa tomar un camino diferente. Significa decir, esto es lo que ha pasado, qué parte de todo ello está bajo mi control y qué puedo hacer para cambiarlo o para evitar que vuelva a ocurrir. Y es un cambio de mentalidad que te coloca en el asiento del conductor de tu vida. Literalmente. Te coloca en el asiento del conductor. Estás encima del caballo. La carroza no va sola. No va hacia un precipicio. Tú tienes la potestad, el poder, la decisión de cambiar el rumbo. ¿Por qué culpar a otros es tan tentador? Si, de alguna forma, ser responsables de nosotros mismos es tan importante, Guillermo, ¿por qué preferimos culpar a otros? Y te digo, hay varias razones para ello. Una de ellas es que culpar nos da una sensación momentánea de alivio. Es decir, nos decimos, bueno, como no es culpa mía, no tengo que cambiar nada, realmente no depende de mí. Es más fácil. E incluso, tú lo sabes, en el corto plazo es menos doloroso. Es verdad. Otra razón posible es que te han educado en una cultura donde la culpa está profundamente arraigada. Y sé bien de lo que hablo. Desde niños aprendemos, quizá sea tu caso también y te sientes identificado conmigo, a justificar nuestros errores. ¡Fue él! No, yo no he sido, yo no fui. Estas respuestas se convierten en un mecanismo. Atención, porque esto es muy peligroso. Es un mecanismo, no es algo puntual. Hablamos de un mecanismo, ¿no? Como un reloj. Es un mecanismo automático para proteger nuestro ego. Pero aquí está el problema. Cada vez que culpas a alguien o algo más, lo que estás dejando de lado es una oportunidad para crecer. Estás evitando reflexionar sobre cómo podrías haber manejado mejor la situación. Y lo más importante, estás, de alguna forma, reforzando, haciendo mucho más fuerte una mentalidad de víctima en lugar de una mentalidad de protagonista, en una mentalidad triunfadora. Lo que estás haciendo es reforzar al cobarde que hay en ti. ¿Qué pasa cuando nosotros asumimos esa responsabilidad personal? ¿Qué procesos, qué mecanismos activamos automáticamente? Cuando asumes la responsabilidad personal ocurre algo absolutamente increíble. Porque, como he dicho antes, recuperas tu poder. Vuelve a ti. Surge. Se manifiesta. Y se asienta en tu cerebro, en tu mentalidad, en tu energía, en tu cuerpo. Duermes incluso mejor. Tienes más éxito. Con los hombres, con las mujeres, en tus negocios, en tus proyectos, en tus estudios. Dejamos de ser, de alguna forma, espectadores pasivos de tu vida, de nuestra vida, y nos convertimos en los arquitectos de nuestro destino. ¡Qué bonita palabra! ¡Arquitectos de nuestro destino! Y hay muchos beneficios, ¿eh? Mejoras el crecimiento personal. Esto es científico. No es un acto de fe. No es algo que Guillermo quiera plantear ahora de una forma, bueno, oportunista. Mejoras el crecimiento personal. Porque cada error, cada desafío, se convierte en una lección valiosa. Aprendes y evolucionas. Además, surge una mayor confianza en uno mismo. Al aceptar nuestra parte en los resultados, también reconocemos ese poder al que hacía referencia antes para influir en el futuro. Porque el futuro, el destino, no está escrito, lo escribimos nosotros. Y si piensas lo contrario, te equivocas. Está en tu mano cambiar tu futuro. Y con esa mayor confianza en uno mismo, el futuro es mejor. Cambia mejor. ¿Has visto alguna vez esas películas en las que, según una acción u otra, cambia la habitación, cambia la estancia, cambia los protagonistas? Regreso al futuro. Se borraban los hermanos, ¿no? De Miguel Holda Fox. Se borraba la familia a la hora de que sus padres no se conocieran. Es científico. Además, tienes unas relaciones mucho más sanas. Antes hablaba de relaciones. Tienes relaciones mucho más sanas. Cuando dejas de culpar, eliminas el resentimiento. El resentimiento es una rémora, es un ser negro, es un ser egoísta que no te abre espacio para la comprensión, para la colaboración con los demás. Pero cuando tú sumas la responsabilidad, ese ser desaparece. Y tu relación es mucho más sana, más fructífera, más próspera. Y eso lleva al último punto. Tienes una mayor eficacia profesional. No solamente personal que también, sino profesional. Fíjate que los líderes, los profesionales que son responsables, son vistos como, ¿verdad? Confiables, proactivos. Tú ves vídeos de vez en cuando, ¿no? De los principales líderes, empresarias, empresarios, grandes personas. Son cualidades que las empresas valoran profundamente. Una eficacia profesional. Aceptarlo. ¿Cómo se cultiva esto? La responsabilidad personal, ahora que comprendes su importancia, la pregunta es ¿cómo se cultiva? Yo te propongo varias estrategias. Puedes elegir cualquiera que consideres más propicia, más afortunada para ti. Primero, la autoevaluación constante. Después de cada situación difícil tienes que preguntarte, ¿cuál fue el papel realmente que yo jugué en este asunto? ¿Qué podría haber hecho diferente? Autoevalúate. Feedback. Dos. Cambia ese lenguaje interno que tienes. En lugar de decir, esto me pasa por culpa de... o por culpa de quién... Di, ¿qué puedo hacer para mejorar esta situación? Ni más ni menos. Cambia ese lenguaje interno. Desde ya. En tercer lugar, evita siempre la mentalidad de víctima. Reconoce que esas circunstancias externas existen pero tu reacción ante ellas está bajo tu control. Es decir, tú puedes controlar tu reacción ante ellas. Son externas. Pero todo lo que tiene que ver contigo es interno y está bajo tu control. ¿Está claro este punto? Vete poniéndome estoy de acuerdo o no estoy de acuerdo contigo en el chat, en los comentarios. No te cortes. Quiero feedback. Quiero leer comentarios. No personas que están aquí viendo un vídeo o escuchando un podcast y pasan de largo. Cuarto. Acepta siempre las críticas. Con apertura. Open mind. Abre tu mente. Usa ese feedback, aunque no te guste, como una herramienta para identificar cuáles son las áreas en las que puedes mejorar. Porque eso es lo que realmente te va a hacer mejorar. Cuando veas que hay una crítica, aunque sea constructiva y no te guste, te lo dicen posiblemente porque la persona que te lo dice te lo dice con cariño. Por eso está ahí. Acepta esas críticas con apertura. Y, en último lugar, si no lo haces ya, practica siempre la gratitud. En lugar de focarte en lo que no está bajo tu control, aprecia lo que sí puedes manejar, aprende de ello y siempre agradecelo. Agradecelo. ¿De acuerdo? Por tanto, lo que has aprendido hoy es muy importante. Ser responsable de ti misma, ser responsable de nosotros mismos, no siempre es fácil. Pero siempre, siempre, siempre vale la pena. Siempre. Cuando dejamos de culpar a otros y asumimos el control de nuestras vidas, de nuestras acciones, nos convertimos en los protagonistas de nuestra vida. Y esa responsabilidad personal, y con esto a cabo, no solo te ayuda a alcanzar el éxito, eso que es tan etéreo para ti, el éxito profesional, el éxito personal, el dinero, el amor, los negocios. No solamente te ayuda a alcanzar el éxito, sino que también te permite vivir con integridad, con autenticidad, y de eso vas a estar siempre toda tu vida orgullosa, orgulloso. Vas a poder acostarte cada día diciendo hoy estoy orgulloso de mí. Esa es la prueba que yo personalmente me hago todas las noches. ¿Estás orgulloso de ti? ¿Has ayudado a tus alumnos? ¿Has establecido un clima de confianza? ¿Les has ayudado realmente? ¿Has sido honesto? ¿Has sido sincero al 100%? ¿Sí? Checked. Y duermo como un niño, como un bebé. Así que la próxima vez que algo no salga como esperabas, no busques culpables jamás en la vida, no los busques. Busca soluciones. ¿Sabes por qué? Porque tu vida, tu vida, está en tus manos, y en las de nadie más. Gracias por tu comentario, gracias por tu like, gracias por suscribirte, gracias por compartirlo. Comparte ese video con la persona que tú sabes le va a hacer bien, porque eso te hará bien a ti. Como siempre, nos vemos en el próximo video, en el próximo podcast. Sé feliz, siempre sé feliz. Es una orden. Chao.