Avatar

El miedo no paga las facturas

Cómo Hablar con Confianza con Guillermo Morante

Presentado por

Guillermo Morante

"El miedo no paga las facturas"

El miedo a hacer el ridículo nos paraliza más de lo que creemos. Nos impide hablar en público, compartir ideas en una reunión, o incluso publicar ese video que tanto queremos. Pero ¿y si te dijera que tu cerebro está diseñado para protegerte… de un peligro que ya no existe?

En este episodio, junto a Guillermo Morante, desentrañamos los secretos del miedo escénico y te damos herramientas prácticas para superarlo. Aprenderás a:

Hackear tu cerebro para que deje de sabotearte.
Usar la respiración y la visualización para ganar confianza.
Aplicar el "reframing" y convertir el miedo en tu aliado.
Descubrir por qué nadie te juzga tanto como tú crees.

Si alguna vez te has callado por miedo a equivocarte, este episodio es para ti. Porque tu voz ya está ahí, solo necesitas aprender a usarla.

Escúchalo ahora y empieza a hablar con confianza.

Comparte este podcast y suscríbete para más contenido que transformará tu manera de comunicarte.

Transcripción

El miedo no paga las facturas Hablar con confianza, con Guillermo Morante. Kraken, bienvenido, bienvenida, el miedo a hacer el ridículo, y por supuesto cómo superarlo. En este episodio voy a hacerte una pregunta directa. ¿Cuántas veces has dejado de hacer algo por miedo a hacer el ridículo? No me refiero sólo a hablar en público, que es uno de los mayores terrores de la humanidad, sino a cualquier cosa, levantar la mano en una reunión, compartir una idea, hacer una broma, publicar un vídeo en redes sociales… Ese miedo, ese nudo en el estómago, esa vocecita interna que te dice «mejor cállate, no hagas el ridículo», no es sólo inseguridad, es una trampa que nos juega el cerebro. Y hoy vas a entender cómo funciona y, sobre todo, cómo desactivarla. Empecemos preguntándonos por qué sentimos este miedo tan fuerte. Para empezar, he de decirte que tu cerebro es como un software diseñado para la supervivencia. Hace miles de años, si eras rechazado por tu tribu, básicamente estabas muerto. Así que nuestra mente aprendió que ser aceptado es algo clave para vivir, para sobrevivir. ¿Cuál es entonces el problema? Bueno, pues que hoy en día no nos va a comer un león si alguien se ríe de nosotros en una presentación. Pero nuestro cerebro no ha actualizado el sistema operativo. Sigue interpretando cualquier exposición social como un riesgo de vida o muerte. Por eso, cuando tienes que hablar en público o hacer algo que te saca de tu zona de confort, que es algo muy habitual, ¿no?, tu cuerpo reacciona como si fueras a entrar en una pelea a muerte. Te sudan las manos, te tiemblan las piernas, se te acelera el corazón. Es la famosa respuesta de lucha o huida. Pero aquí va una gran noticia, no todo es malo. Puedes hackear tu propio cerebro para que deje de reaccionar así. Ahora bien, entonces, Guillermo, ¿cómo engañar a mi cerebro para que deje de sabotearme? Bueno, si la amígdala, fíjate, si la amígdala, esa parte del cerebro que dispara el miedo, se activa cuando nos sentimos en peligro, la clave es enseñarle que no hay peligro real. ¿Me sigues? ¿Cómo? Bueno, primero respirando. Sí, suena básico, pero respirar de manera profunda y pausada es una de las formas más rápidas de mandar una señal de calma al cerebro. Incluso puedes probarlo ahora mismo. Inhala profundo y suelta el aire lentamente. Hazlo dos o tres veces. Inhala profundo y suelta el aire lentamente. Si tu cuerpo se relaja, tu mente también se relaja, ¿comprendes? Segunda parte, visualizando. Nuestro cerebro no distingue bien entre lo que imaginamos y lo que vivimos. Y si antes de hablar en público te imaginas tartamudeando o haciendo el ridículo, te estás condicionando al fracaso. Pero si en lugar de eso cierras los ojos y te ves a ti mismo, a ti mismo, hablando con confianza, recibiendo aplausos, te estás reprogramando para el éxito. Prueba esto, fíjate. Piensa en un momento en el que te hayas sentido realmente seguro de ti mismo. No importa si fue hablando en público, porque puede ser cualquier cosa. Tú confía en mí. Cuando lograste algo difícil, cuando alguien te felicitó por tu trabajo, cuando hiciste reír a un amigo, ¿me captas, verdad? ¿Lo tienes? Ahora intenta asociar esa sensación de seguridad con la próxima vez que tengas que hablar en público, cuando escuchas este podcast. Magia potagia, ¿verdad? Te voy a enseñar el truco del reframing. ¿El qué? Reframing, es decir, darle la vuelta a tu miedo. Es algo muy poderoso. Se trata de cambiar la manera en que interpretas el miedo. Imagina que estás a punto de dar una presentación y tu corazón empieza a latir fuerte. Normalmente pensarías, dios mío, estoy nervioso, esto va a salir mal. Pero, ¿qué pasaría si en lugar de eso piensas, mi cuerpo se está preparando para dar lo mejor de mí? Es el mismo síntoma físico, pero con un significado diferente. A esto se le llama reframing o reencuadre. Es una técnica que utilizan desde psicólogos hasta atletas olímpicos. ¿Te explico otra forma de aplicarlo? En lugar de pensar, si me equivoco la gente se va a reír de mí, cambia el enfoque. Si me equivoco, la gente verá que soy humano, se identificará conmigo y seguiré adelante. ¿Lo captas? En el fondo, como ves, eres más capaz de lo que crees. Es, por así decirlo, la supervivencia, es un ejercicio de fortalezas. Voy a hacerte una pregunta. ¿Cuántas veces te has dicho a ti misma, a ti mismo, que no eres bueno en algo sin siquiera intentarlo realmente? Porque, a veces, el problema no es el miedo al ridículo, sino que no nos damos crédito por lo que sí sabemos hacer. Un ejercicio simple pero brutalmente efectivo es escribir diez cosas en las que eres realmente bueno. No tienen que ser cosas grandiosas. Tal vez eres bueno escuchando a los demás, explicando ideas de forma clara, contando historias, haciendo reír a la gente… Haz la lista. Cuando termines, mira esos puntos y pregúntate, ¿cómo me puede ayudar todo esto a sentirme más seguro? Te voy a contar un gran secreto, la gran verdad, por así decirlo, sobre hacer el ridículo. Es un secreto que cambia la vida cuando lo entiendes de verdad. En el fondo, nadie, cuando hablas en público, nadie te está juzgando tanto como tú te crees. De verdad. La gente está demasiado ocupada pensando en sus propios problemas como para analizar cada cosa que haces. Y si alguien se ríe o critica, ¿qué dice eso de ellos realmente? En el fondo, nada que te tenga que importar, ¿comprendes? La libertad real no es que nunca sientas miedo. Es actuar a pesar de él. Es darte cuenta de que hacer el ridículo no mata, pero quedarte callado por miedo a lo que piensen los demás sí mata algo en ti, que es tu autenticidad, tu potencial, tu voz. Así que la próxima vez que sientas miedo al exponerte, recuérdalo, tu cerebro solo está haciendo su trabajo, pero eres tú quien decide qué hacer con esa emoción. Ahora dime, si supieras que nadie te va a juzgar, si supieras que eres capaz, si supieras que tienes algo valioso que decir, ¿qué estarías dispuesto a hacer hoy que antes te daba miedo? Piensa en todas las veces en las que has tenido, en las que has sentido, ¿no?, que tenías algo importante que decir, pero no lo hiciste, no porque no valiera la pena, sino porque dudaste de ti misma, de ti mismo, porque tu voz tembló antes de salir, porque el miedo habló más fuerte que tus palabras. Ahora imagina un escenario distinto. Imagínate en un momento crucial, con la certeza de que tu voz es fuerte, clara, segura, que lo que dices tiene impacto, que la gente te escucha y te recuerda, no porque gritaste más fuerte, sino porque encontraste la manera de hablar desde tu verdad, con confianza, con convicción. Esa seguridad no es un privilegio de unos pocos, es una habilidad que se trabaja, que se entrena, que se desarrolla con el tiempo, y desde luego con la guía correcta. Es el puente entre lo que sueñas decir y lo que realmente terminas expresando. Así que la pregunta es, ¿vas a seguir dejando que el miedo decida por ti, o vas a hacer algo para cambiarlo? Porque tu voz ya está ahí, solo tienes que aprender a usarla, y si quieres saber cómo hacerlo, allá abajo te voy a dejar el enlace para que lo hagas. Así que a trabajar, querida querido. Gracias por escuchar este podcast, ha sido un placer tenerte conmigo, desde luego sé feliz es una orden, y allá abajo tienes la respuesta, en el comentario, en la descripción. Comparte este podcast, suscríbete, y por supuesto, sé feliz que nos vemos muy pronto. Hasta el próximo episodio.
Leer más

Escúchalo ahora en

Últimas publicaciones del blog

Podcast production costs: what are they?

Creating content comes at a high cost. It requires time, resources, tools, and...Leer más

Master StreamYard: The complete guide to professional live streaming

StreamYard StreamYard is a live streaming platform that works directly from yo...Leer más

Podfade: What it is and how to avoid it

Podcasting is an exciting and rewarding medium, but many creators face a commo...Leer más

How to normalize audio: professional techniques and step-by-step guide

Understanding audio normalization is essential for achieving balanced and prof...Leer más

Podcast SEO: The Ultimate Guide to Boosting Your Podcast’s Growth and Ranking

Navigating the Fundamentals of Podcast SEO Podcast SEO has become essential fo...Leer más

Where to publish a podcast? The definitive guide to maximize your audience

Creating a podcast is an exciting first step, but it's not enough. To ensure y...Leer más