La regla 7 - 38 - 55

¿Cómo hablar con confianza? Con Guillermo Morante. La regla 7.38.55. ¿Alguna vez te has escuchado realmente? Voy a empezar con una pregunta que es muy sencilla, pero en realidad no lo es. ¿Alguna vez te has escuchado realmente? No me refiero a cuando te oyes en una grabación y te suena raro. No, eso nos ha pasado a todos. Me refiero a escuchar con plena conciencia lo que transmites con tu voz. Y te lo pregunto porque hay algo que la mayoría de las personas ignora. Tu voz tiene más poder del que crees. Muchísimo más. De hecho, puede ser tu mayor aliada o tu peor enemiga. Puede abrirte puertas o cerrártelas en cuestión de segundos. Yo diría que en cuestión de milisegundos. Porque, verás, aquí hay una verdad incómoda. No escuchamos a todas las personas de la misma manera. Y no tiene que ver solo con las palabras que dicen. Por ejemplo, ¿alguna vez has sentido que alguien capturaba toda tu atención solo con su voz? ¿Y alguna vez has sentido que alguien hablaba y hablaba y tu mente se iba a otro sitio, sin siquiera darte cuenta? ¿Por qué ocurre esto? Podrías pensar que es cuestión de carisma, de personalidad, de seguridad… Y, efectivamente, todo eso influye. Pero hay algo mucho más profundo. Algo que te está ocurriendo ahora. Algo que ocurre a nivel neuronal y cognitivo. Algo que influye en cómo las personas nos perciben, en si nos creen, si nos respetan, e incluso si nos recuerdan. Y hoy, en este podcast, vas a descubrir cómo nuestra voz activa como tu voz activa partes específicas del cerebro de quienes te escuchan. Y cómo puedes utilizar ese conocimiento para conectar, para influir, para persuadir de forma poderosa. Así que prepárate, porque cuando acabe este podcast, nunca vas a volver a hablar de la misma manera. O al menos, vas a pensarlo. Vamos a empezar por el secreto que nadie te dice sobre la comunicación. Si te pregunto qué es la comunicación, ¿tú qué me dirías? Porque la mayoría de las personas respondería que es el intercambio de información entre dos más individuos. Esa respuesta es correcta, pero se queda muy corta. La comunicación, debes saberlo, no se trata sólo de información. Te lo voy a repetir. La comunicación no se trata sólo de información. Se trata, como estás viendo ahora, de emoción. Y aquí hay algo que poca gente sabe, pero tú ahora sí sabes. El impacto de lo que decimos no depende tanto de las palabras en sí, sino de cómo lo decimos. Y esto no es una teoría, no es una opinión mía. Esto es una ciencia. Dato mata relato. En los años sesenta, el psicólogo Albert Meravian desarrolló un modelo que hoy se conoce como la regla 7-38-55. Sus estudios, junto con sus colegas, por supuesto, demostraron que cuando hablamos, fíjate, sólo el 7%, 7% del impacto de nuestro mensaje proviene de las palabras. Sólo el 7% de las palabras. El 38% proviene del tono de nuestra voz. Casi el 40%. Y el 55%, más de la mitad, proviene de nuestro lenguaje corporal. Es decir, 7% las palabras, 40% redondeando, tono de nuestra voz. 50% redondeando, más incluso, proviene del lenguaje corporal. Es decir, más del 90% de lo que comunicamos no está en las palabras, sino en cómo las expresamos. Es alucinante, ¿eh? Esto cambia completamente las reglas del juego. Imagina esta situación. Alguien te dice, me alegra mucho verte. Si lo dice con entusiasmo, me alegra mucho verte. ¿Te lo crees? Si lo dice sin ganas, me alegra mucho verte. Incluso dudas de su sinceridad, ¿verdad? Y si lo dice con sarcasmo, me alegra mucho verte, ¿eh? Me debes pasta. Parece una burla. Mismas palabras, diferente impacto. Y esto demuestra que la voz no es sólo un medio de transmisión de información, es un vehículo de emociones. Por tanto, la pregunta que debes hacerte es, ¿qué estás transmitiendo con tu voz cada vez que hablas? Te lo voy a explicar dando respuesta a cómo responde una pregunta, cómo responde el cerebro humano ante diferentes voces. Y aquí es donde la neurociencia nos da respuestas que son absolutamente fascinantes. Este podcast, este episodio, es fundamental en tu vida. El cerebro humano no procesa todas las voces de la misma manera. Y lo más interesante es que nuestras reacciones ante diferentes tonos, diferentes frecuencias, esas reacciones, son automáticas, son universales. Te lo repito, lo más interesante es que nuestras reacciones, cómo reaccionamos ante diferentes tonos y frecuencias vocales, son automáticas y además universales para todo el mundo. Por ejemplo, las voces graves y profundas, como la mía ahora, se asocian con autoridad y liderazgo. El cerebro responde activando zonas que están relacionadas con la confianza y la seguridad. Las voces cálidas y suaves activan el sistema de recompensa, generando una sensación de calma y bienestar. Las voces agudas y estridentes activan la amígdala, es parte del cerebro responsable del miedo y de la alerta, y generan incomodidad y rechazo. Este es un mecanismo atención evolutivo. Somos mutantes, ¿no? Piénsalo. Un líder con una voz firme y pausada genera confianza en su equipo. Un médico que transmite calma con su tono reduce la ansiedad de sus pacientes. Un vendedor que habla con seguridad cierra más ventas que uno que duda. Te das cuenta del poder que tienes. Es absolutamente increíble. La voz activa respuestas neuronales automáticas en los demás. Y lo más importante, aquí es donde se te ponen las orejillas hacia arriba, ¿no? Como los perrillos. Esto se puede entrenar, porque tu voz, nuestra voz, no es algo fijo, es un músculo que se puede desarrollar. Sí, entiéndeme, es un músculo que se puede desarrollar, y se puede moldear, te lo aseguro. Las emociones, llegados a este punto, se contagian a través de la voz. Vamos si te parece un punto quizá más profundo. La emoción que transmitimos con nuestra voz es contagiosa, ¿vale? Piensa cómo, qué poder tienes o tendrías, si no lo tienes ahora, yo te enseño cómo, el poder que tendrías si con tu voz pudieras transmitir emoción y además contagiosa con tu pareja, con tus amigos, con tus vecinos en la comunidad de vecinos, con tu jefa, con tu jefe, con tus empleados, con tus redes sociales con los que te siguen o con los que no te siguen todavía. Esto ocurre gracias a un tipo de células llamada neuronas espejo. Yo esto lo he tratado mucho e incluso he hecho documentales en Televisión Española sobre la función de las neuronas espejo, es ciencia pura. Y en esos documentales yo empecé a decir, ¿será posible? Las neuronas espejo son responsables de que repliquemos automáticamente la emoción que percibimos en los demás. Por eso, si hablas con entusiasmo, tú generas entusiasmo. Si tú me escuchas con entusiasmo, yo genero entusiasmo en ti. Si hablo con miedo, generas desconfianza. Si yo hablar con miedo, ahora mismo estoy generando miedo en ti. Si hablas con autoridad, tú generas respeto. Que lo estoy haciendo, es lo que estoy haciendo ahora. Esto lo sabemos bien los mejores oradores, y lo saben los mejores oradores de la historia, Martin Luther King, Winston Churchill, Steve Jobs. Todos, no sólo eran buenos con las palabras, sabían exactamente cómo usar su voz para generar impacto. Mis alumnos lo saben. La pregunta es, la gran pregunta es, ¿cómo puedes hacer tú lo mismo? ¿Cómo transformar tu voz para influir y persuadir? Porque, claro, si la voz tiene tanto impacto, ¿cómo puedes mejorarla? Cuatro claves fundamentales que te llevas en este episodio. Primero, usa el poder de las pausas. El silencio es tan poderoso como las palabras. Una pausa bien colocada puede hacer que una frase tenga diez veces más impacto. Una sola frase. ¿Qué pasaría con tu publicidad, en Facebook Ads, en YouTube Ads, en Amazon Ads, con tu libro? Por ejemplo, existen dos tipos de personas en este mundo. Uno, dos, tres. Los que dominan su voz y los que son esclavos de ella. O esclavas. Fíjate, existen dos tipos de personas en este mundo. Las que dominan su voz y las que son esclavas de ella. Esta pausa crea intriga, aumenta la expectación, ¿verdad? En segundo lugar, segundo pilar, varía el tono, varía el ritmo. Hablar siempre con el mismo tono aburre, bla bla bla bla bla bla bla bla, pero si juegas con los cambios de velocidad, los énfasis y la entonación mantienes la atención. Clave. Tercer pilar, proyecta seguridad en cada palabra. Esto se aprende. Si no crees en lo que dices, nadie más lo va a hacer. Si tú no te puedes ayudar a ti mismo a ti mismo, no puedes ayudar a nadie. Tu voz debe sonar firme, decidida, con intención. ¿No es cierto? Claro que es cierto. Cuarto pilar, tu voz es tu firma auditiva para los demás. Tu voz es un sello personal, es una herramienta que puede abrirte puertas o te las cierra, automáticamente. Si no tienes éxito, si no sabes comunicarte bien con tu pareja, con tus redes, estás invirtiendo en formaciones, pero no sabes cómo carajo comunicarte, estás tirando el dinero a la basura, euro tras euro, dólar tras dólar. La buena noticia, se puede entrenar, se puede mejorar. Y la pregunta que te hago es esta, pausa de tres, ¿vas a seguir hablando como siempre o vas a empezar a usar tu voz como una verdadera herramienta de influencia? Tú decides, ahora que estás escuchando este episodio. Y la respuesta y la solución la tienes ahí abajo, en el comentario. Gracias por escucharme, gracias por compartir, gracias por suscribirte. Compártelo con personas que tú sepas que les van a ayudar además de ti. Y sé feliz, es una orden, siempre. Nos vemos en el próximo episodio. Hasta pronto crack.